Hoy me he despertado remolón, como siempre. Mis cinco minutos de rigor aprovechando el calor del catre se han convertido en los inevitables quince de después. Ducha. Desayuno. La calle, fría y extraña. Me resultaba poco familiar la escena que mis ojos todavía empapados en sueño estaban viendo. Lo primero, un cartel que ponía Barber´s Shop, después, coches de otra época y calles que nunca antes mis pies habían pisado. Camino Ponderosa Street (¿Bonanza? No, estamos en crisis), giro a la derecha por Ahsley St. hasta cruzarme con la que parece ser la calle principal de este pueblo, que adivino a saber que se llama Camden por los carteles que en los ultramarinos se encuentran, Whiskey Run Road. Parece otra época y quiero creer ahora que encontrarme con un bar de nombre Sons of Liberty no es una casualidad, sino el destino. Me siento y curioso trato de entablar conversación con el camarero, que se hace llamar Stuckey, mi amigo Stuckey.
-Hola, Stuckey, ponme lo de siempre.
-Marchando, amigo...
Lo de siempre son dos huevos revueltos con bacon y tostadas. Café a granel, el segundo de la mañana. Hay que despertarse.
- ¿Sabes una cosa,
Stuckey? Hoy he tenido un sueño muy extraño.
- ¿Sí? Cuéntame...
Stuckey me mira como si nunca me hubiera visto en la vida... yo a él también.
- No sé, era algo extraño, era un día como hoy pero dentro de 80 años...
- Eso es el futuro ¿No? No he ido a la escuela ¿Cuándo sería eso?
- Quiero creer que en 2009. Raro ¿No?
- Sin duda, amigo ¿Y de qué iba ese sueño?
- Es extraño, pero me despertaba, iba a trabajar y un extraño titular en uno de los diarios matutinos me dejaba helado. "Barack Obama, investido presidente de los EEUU"...
- ¿Y qué hay de extraño en eso, amigo?
- Pues que el tal Obama era negro, Stuckey...
- No digas tonterías, amigo, eso es imposible ¿Has visto como estamos ahora?

- Si no te quito la razón, pero mira... era un sueño... no sé... me gustaría llegar vivo a ese día ¿sabes? Sería emocionante...
- Lo que sería emocionante es que me pagases la cuenta ya, que llevas dos semanas de retraso, culebrilla...
- Desde luego, Stuckey ¡qué poco soñador eres!
- No puedo soñar cuando duermo con el diablo, amigo. Tengo pesadillas...
- Bueno, me voy a ir yendo... que me espera un duro día de trabajo...
- De acuerdo, amigo, y ve despertando, que ya es hora de dejar de soñar y afrontar la realidad...